Cada cierto tiempo a veces surge la posibilidad de viajar. Conocer lugares diferentes se convierte en algo que nos seduce y atrae. Los aeropuertos o las estaciones se convierten en lugares de encuentro, cruces de caminos donde somos conscientes de la diversidad que caracteriza el mundo en el que vivimos. Estos viajes no dejan de ser símbolos de nuestra propia existencia.
Viajar por ocio o por descanso no está reñido con hacer de ese encuentro con “lo diferente” una oportunidad para descubrir con ojos nuevos el mundo y redescubrirnos a nosotros mismos.
Algunas claves para viajar con ojos abiertos:
- En primer lugar, déjate sorprender por lo distinto a ti con una actitud abierta, receptiva, libre de prejuicios.. Déjate enriquecer por lo desconocido permitiendo que la realidad te hable. Aprende de otras culturas, sensibilidades, formas de pensar.. atento a descubrir lo más noble y auténtico que late detrás de cada vida, experiencia, contexto….
- En segundo lugar, muéstrate atento a tus propias experiencias y sentimientos. Seguro te permitirán descubrir nuevos matices de tu momento vital, o te permitirán poner nombre a algunas inquietudes que te acompañan.. Quizá descubrirás en ti dones y talentos escondidos o vivirás situaciones que harán que salgan a la superficie temores o preguntas no resueltas.
- En tercer lugar, aprovecha la experiencia para mirar con ojos nuevos tu día a día. Tomar distancia y cambiar de contexto puede traerte la posibilidad de contemplar tu vida de forma nueva: relativizar algunas vivencias, reordenarte desde tus prioridades, descubrir lo más importante y valioso… Si escribes estos aprendizajes, seguro te ayudará a no perder lo descubierto.
- En cuarto lugar, permite que todo lo que vivas entre en diálogo con tu mundo interior. Date el tiempo para pararse y dejar que afloren preguntas de fondo. ¿Cómo deseas vivir el viaje de tu vida? ¿Qué deseas realmente, cuál es tu destino? ¿Cómo te interpelan los caminos de otros? Descubre el buscador y viajero que hay en ti, más profundo de lo que parece.
- En quinto lugar permítete experimentar la incertidumbre, inseguridad, desinstalación que nos trae muchas veces el viaje. Vivir intensamente pasa muchas veces por ser capaces de soltar y abrirnos a lo inesperado.
Hay dos formas de viajar, como peregrinos o como vagabundos. La diferencia es que el primero sabe el por qué de su travesía y lo convierte en un camino con horizonte y vivido desde el aprendizaje, un viaje a hacer con ojos abiertos. ¿Cómo recorres el camino de la vida? ¿Eres un peregrino o un vagabundo? ¿Visualizas la meta y ella ilumina tu camino y tus pasos? ¿Qué pequeño propósito podrías quizá plantearte para tratar de vivir más abierto y receptivo a ti mismo, a los demás y a Dios?
El viaje más importante a recorrer es el de tu propia existencia. Vivir la vida con los ojos verdaderamente abiertos, hacia dentro y hacia fuera de uno mismo es un reto. Por eso, date el tiempo para visualizar este viaje único, identificando cómo deseas afrontarlo, las paradas que deseas hacer, de qué o quién acompañarte, los destinos a visitar, lo ligera o pesada que pueda ser tu maleta.. Convierte tu propia vida en el mejor de los viajes.
- Decidir con autenticidad - 4 de mayo de 2023
- Viajar con ojos abiertos - 4 de mayo de 2023