Con Internet es posible obtener toneladas de información en un instante. Sin embargo, esto tiene su contraparte: los contenidos de la web no siempre están pensados para la psique de los niños, además de que son expuestos a muchos riesgos, por lo que hay que tomar medidas para garantizar su seguridad en línea.
Restringir el acceso a los dispositivos a partir de los dos años de edad
Según las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría, conviene mantener a los niños menores de 18 meses alejados de los dispositivos electrónicos. Los beneficios de los contenidos, aunque sean presentados como educativos por sus creadores, son mínimos. Al mismo tiempo, los elementos visuales pueden ser demasiado intensos: la variedad de sonidos, la velocidad de cambio de las imágenes y los elementos interactivos pueden sobrecargar la percepción del bebé. Los especialistas aconsejan introducir al niño en el mundo online de forma suave y bajo supervisión. Por ejemplo, por el videochat junto con los familiares y la proyección de fragmentos de programas para niños pequeños a intervalos regulares.
La esencia misma de un dispositivo todavía no está clara para un niño pequeño, no es consciente de lo que es un dispositivo en sí mismo: su propiedad, su juguete o algo más. Para los niños de más de dos años, los expertos recomiendan darles aparatos durante no más de una hora al día. Debe ser un contenido de calidad, y es mejor verlo juntos, para una mejor interacción entre el niño y los padres.
También hay expertos que aconsejan (por lo menos mientras el niño es pequeño) darle el dispositivo en algún tipo de zona común donde se pueda ver lo que ocurre en la pantalla al menos de vez en cuando.
Instalar un sistema de control parental
Esta herramienta te permite bloquear el acceso a determinados sitios y recibir notificaciones de los lugares que visita tu hijo. Los principales proveedores de servicios de Internet ofrecen esta función de forma gratuita. Se puede configurar no sólo en el escritorio, sino también en los teléfonos inteligentes, las tabletas e incluso las consolas de juegos. El filtrado es a nivel técnico, los algoritmos pueden cometer errores.
Con un sistema de control parental, un adulto debe ser consciente de que se convierte en el censor de lo que constituye un contenido indeseable. El propio uso de la herramienta se convierte en una cuestión ética.
Crear una zona alternativa de conocimiento del mundo
Incluso si un niño está protegido al 100% de los contenidos dudosos en línea, su visión del mundo no debe basarse únicamente en lo que ve en la pantalla de un dispositivo. El tiempo que un niño pasa en línea debe equilibrarse con actividades que le proporcionen lo que la tecnología no puede.
Por ejemplo, aprender sobre el mundo que les rodea mediante actividades al aire libre, el contacto físico con otras personas mediante el juego físico. Y también la comprensión y la realización de uno mismo y de sus capacidades durante la práctica de los deportes, el dibujo y la música.
Un niño puede resistirse, ser caprichoso y negarse a hacer cualquier otra cosa hasta recuperar sus dispositivos. Es conveniente explicarle al niño que entiendes su deseo: cuando algo que es agradable se vuelve inaccesible, tú, como adulto, también puedes sentirte a disgusto. Pero hay ciertas reglas sobre cómo manejar los dispositivos en el hogar, y todo el mundo las cumple, tanto los adultos como los niños. Las normas no son una forma de que los padres ejerzan influencia o demuestren su poder, sino que forman parte del trabajo en equipo. Por ejemplo, toda la familia cena junta, nadie se lleva comida a la cama y no se utilizan dispositivos en la mesa.
A veces aparecen excepciones, de las que también hay que hablar. Supongamos que estás parado en el tráfico durante horas y tu hijo se aburre, mientras que tú también estás agotado y no tienes fuerzas para entretenerlo tú mismo. Esto es normal. Es posible dar a tu hijo un dispositivo móvil durante una hora más, pero insiste: se trata de un caso excepcional, no de una nueva norma, por lo que no debe convertirse en un hábito.
Como resultado, el niño, al darse cuenta de que la restricción del uso del dispositivo no es una norma impuesta, estará menos dispuesto a perder el tiempo discutiendo y suplicando permiso para jugar 15 minutos más y cambiará más rápidamente a otro tipo de ocio: películas, libros, conversaciones con sus seres queridos.
Explícale a tu hijo que Internet no siempre es un lugar agradable
Es importante hacerles ver que Internet es un reflejo de la vida real. La gente mala y las cosas malas también ocurren allí.
Internet es una entidad donde no hay barreras visibles, como en la calle, puedes cruzar al otro lado de la carretera si alguien te sigue, o pedir ayuda a un transeúnte.
Los expertos aconsejan decir explícitamente a un niño que puede conocer a personas en línea que se aprovecharán de su credulidad e ingenuidad (aunque el niño no lo crea). La solución más eficaz en esta fase, dicen, es enumerar de forma suave, pero comprensible las amenazas a las que pueden enfrentarse los niños en Internet: acoso, fraude, robo de dinero. Al describir las amenazas en línea, es importante no exagerar, no tratar de intimidar, sino decirles que siempre pueden recurrir a ti.
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