La publicidad política se encuentra en la encrucijada de las más diversas disciplinas, pues incorpora conocimientos de las ciencias políticas (ciencia política, filosofía política, sociología, psicología, etc.), la publicidad y el marketing. Además, dado que la publicidad política pretende influir en la conciencia de las masas, requiere que la teoría de la comunicación de masas, la psicología social y otras ciencias se incluyan en su temática.
Concepto de publicidad política
La publicidad política puede verse desde diferentes perspectivas. En primer lugar, constituye uno de los campos de la publicidad, junto con el económico, el social, el jurídico, el confesional, la publicidad personal, la de servicios, la de relaciones interpersonales, etc. El objetivo de cualquier mensaje publicitario es inducir a las personas a realizar una acción concreta, con un resultado deseado y programable, y el intervalo de tiempo entre el mensaje y la reacción esperada ante el mismo debe ser lo más breve posible, es decir, actuar «lo más rápidamente posible, con la mayor energía posible».
Existen más de una docena de definiciones de publicidad que circulan en las teorías modernas. La definición que parece la más perfecta en la actualidad (y podría ampliarse para incluir la publicidad política): «La publicidad es una comunicación pagada, unidireccional y no personal, realizada a través de los medios de comunicación y otras formas de comunicación, que actúa a favor de un producto, una marca, una empresa, un candidato, un gobierno».
Está claro por qué la publicidad es de pago: el anunciante tiene que pagar por su transmisión. La publicidad es unidireccional porque en realidad solamente fluye en una dirección, del anunciante al receptor (la dirección opuesta es solo la respuesta del receptor al mensaje). La publicidad no es personal porque no se dirige a una persona concreta sino a un público objetivo. Es indirecta porque utiliza el medio de comunicación.
Teniendo en cuenta algunas otras definiciones de la publicidad, podemos añadir que la publicidad es una actividad diferenciada, polivalente y multifuncional (hay que señalar también las funciones informativa, comunicativa y, con cierta convención, cultural de la publicidad).
Funciones de la publicidad política
En el caso de la publicidad política, podemos hablar sin duda de su función informativa, ya que una de sus tareas es informar, dar a conocer a la audiencia una campaña política, un candidato, un partido, sus puntos de vista, sus propuestas, sus ventajas.
También podemos hablar de la función comunicativa de la publicidad política, ya que establece un contacto entre los titulares del poder o los aspirantes a ocupar puestos de poder y la población, lleva a cabo un cierto tipo de comunicación dirigida entre ellos, utilizando un sistema de signos extremadamente perceptible; es una especie de conductor de ideas, un relevo de imágenes, símbolos, mitos.
La publicidad política funciona en condiciones de competencia política, distingue su propio objeto entre otros (tal objeto puede ser una personalidad o un partido, detrás de los cuales siempre hay un determinado sistema de puntos de vista sobre los problemas sociales y las formas de su solución, sobre las formas óptimas de vivir en sociedad), por lo que, es aceptable hablar de una función socialmente orientada e ideológica de la publicidad política.
La publicidad política no sólo funciona durante las campañas electorales, sino también en los intervalos entre ellas. Sirve, por ejemplo, para atraer simpatizantes a un partido, para reclutar nuevos miembros, para comunicar a las masas la idea o los principios de un nuevo partido y para animar a la gente a participar en una acción política.
Tipos de publicidad política
Existen diferentes clasificaciones de la publicidad política por distintos motivos. Por ejemplo, según la forma en que la percibe el receptor, la publicidad se divide en visual (sin eficacia limitada y que desempeña el papel de «movilizar a los partidarios de un candidato más que el de informar o persuadir»); auditiva (principalmente programas de radio que tienen un impacto en un momento en que la gente está ocupada con otras cosas y no es consciente del impacto que tiene sobre ellos) y audiovisual, es decir, de naturaleza mixta. Entre estos últimos se encuentran la publicidad en televisión y en el cine, que son bastante eficaces tanto en términos de canales de acceso a la audiencia como de alcance masivo.
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