Introducción
Meditar con la naturaleza es un espacio que nos ayuda a conectar con nosotros mismos, pero también a contemplar la mayor riqueza natural que se nos ha regalado.
A modo de vivencia personal, considero que para meditar con la naturaleza es importante despejar la mente de todo aquello que nos descentra de ese momento y lugar.
Para realizar la meditación con la naturaleza es importante emplear todos nuestros sentidos o los que consideremos nos ayudan más a conectar con ella.
Por supuesto que es esencial tener cerca un paisaje, un jardín o una flor, pero, en caso de que no te sea posible, basta con tener la imagen de un lugar que nos evoque paz para realizar esta meditación.
¿Cuántas veces en los últimos días nos hemos detenido a mirar o contemplar la grandeza del amor de Dios regalada en la naturaleza? Pasamos demasiado tiempo en el teléfono viendo videos, pero ¿qué sentido tiene ver imágenes que no podemos contemplar?
Por el contrario, basta con acercarnos a lo más preciado que Dios nos ha regalado, la naturaleza. Meditar con la naturaleza puede convertirse en una forma muy especial de conectar con nuestra espiritualidad, si destinamos un momento de nuestro tiempo, podemos encontrar en ella un recurso orante especial.
Formas de meditar en la naturaleza
- Contemplar. Ser contemplativo en medio de la naturaleza, nos permite identificar la grandeza en lo más pequeño, y saber que nosotros también somos pequeñas criaturas de Dios, hechos a su imagen y semejanza. El Señor nos habla a través de la creación.
- Escuchar. Escuchar la naturaleza nos permite adentrarnos en la oración de modo diferente, el roce del viento en las hojas, la brisa que cae en el rocío de la mañana, la lluvia en medio de la tarde o el murmullo del viento en los árboles… ¿qué te dice Dios desde esos sonidos?
- Tocar. Poder tocar la naturaleza nos permite sentirnos en comunión y fraternidad, sentir que en Dios soy una unidad con todo lo que me rodea, experimentando la alegría de vivir, desplegando lo mejor de sí, ¿cómo puedo ser parte de algo más grande que mi propia vida?
- Oler. Nuestro olfato puede identificar el aroma de cada flor, hoja, arbusto, a través de este puedo distinguir la frescura de la naturaleza, la armonía de la naturaleza. ¿cómo sería posible no agradecer la grandeza de Dios y la forma en que te permite disfrutar de la naturaleza?
En medio de este clima de interioridad a través de los sentidos, deseo que puedas agradecer por tu vida, por lo que ahora vives, por lo que has logrado, pero también por aquello que deseas en lo hondo vivir y compartir.
Conclusión
Te invito a meditar de manera continua, deseo que sea para ti una herramienta de valor, Dios nos regala paz, serenidad y alegría a través de cada espacio de diálogo con él.
Si te ayuda puedes tomar algún salmo o que hable acerca de la naturaleza, te recomiendo el salmo 104, verás que te ayudará a meditar de forma diferente.
- Teología y paz en el mundo - 18 de septiembre de 2024
- El jubileo 2025 y la oración “Enseñanos a orar” - 4 de septiembre de 2024
- La dimensión trascendental - 21 de agosto de 2024