Introducción
La evangelización ha sido una parte fundamental de la misión de la Iglesia desde sus inicios. El término «nueva evangelización» adquirió relevancia especialmente a partir del magisterio de Juan Pablo II.
La Nueva Evangelización se entiende en dos sentidos principales
- Nueva Evangelización como una Misión ad gentes post-cristiana:
Se refiere a la tarea de reintroducir el Evangelio en culturas y sociedades que han experimentado un alejamiento o rechazo de la fe cristiana. Aquí, se destaca la importancia de comprender las circunstancias culturales y sociales actuales y adaptar el mensaje del Evangelio a esas realidades.
Esta perspectiva reconoce que los destinatarios actuales de la evangelización tienen sensibilidades diferentes y sobre todo que viven realidades muy diferentes.
- Nueva Evangelización como una Actitud Renovada de la Misión:
En este contexto, la «nueva evangelización» se refiere a una renovación interna en la manera en que todos los miembros de la Iglesia abordan la evangelización. No es simplemente un programa, sino una renovación en el ardor, los métodos y la expresión con la que se lleva a cabo toda la misión de la Iglesia.
Esto implica que todos los miembros de la Iglesia están llamados a vivir en «estado de misión», reconociendo su corresponsabilidad y llamado a compartir el Evangelio en todas las áreas de sus vidas.
La nueva evangelización no se opone a otras formas de misión. Todas están interconectadas en el contexto de una Iglesia globalizada y diversa.
Cada miembro de la Iglesia está llamado a vivir y promover la misión de la Iglesia de manera renovada y apasionada.
¿A qué se refiere vivir con corresponsabilidad la misión de la iglesia?
- Que somos miembros activos de ella. No sólo destinatarios sino también agentes que viven y caminan por el sendero de la fe.
- Supone ser posibilitador del encuentro entre el Señor y las personas. El está presente en el mundo actuando de formas insospechadas.
- Poner al servicio de otros, los dones y talentos recibidos, con la conciencia de que formamos un solo cuerpo y todo él hace presente la realidad novedosa del Evangelio.
- Poner en el centro la llamada de Dios, saliendo al encuentro a pesar de nuestras comodidades o miedos.
Conclusión
La misión de la Iglesia en el mundo actual es ser signo e instrumento del amor de Dios, trabajando para construir un mundo más justo, fraterno y solidario, donde el Evangelio pueda ser conocido, vivido y compartido por todas las personas.
Esta misión requiere tomar en cuenta la necesidad de adaptar el mensaje a las circunstancias socioculturales actuales, reconociendo las sensibilidades de los destinatarios. Y también renovar el entusiasmo, métodos y enfoques en la misión de la Iglesia.
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