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¿Sabes qué fecha es hoy? ¿Eres consciente de que estás por comenzar a leer un artículo? ¿Sabes que estos pequeños momentos podrían ayudarte a valorar uno de los regalos más grandes que tienes en la vida? Sí, hablamos del ahora, de la vida que está aconteciendo en el momento presente.
En nuestros días parece que cada vez es más difícil tener conciencia de las actividades y situaciones que vivimos, pues estando rodeados del ruido de la calle, la música, los pendientes a realizar en el día, las preocupaciones personales.. casi pareciera imposible poder estar donde tenemos que estar con todos nuestros sentidos disponibles.
Pero, ¿qué es vivir el momento presente?
Vivir el momento presente supone estar con todo lo que implica nuestra persona; escuchando y sintiendo lo que dice alguien, disfrutando de una comida o mientras caminamos, riendo, llorando, concentrándose en algo que trabajamos, etc. Es tener conciencia de los sentidos que ocupamos y en lo que los ocupamos; es estar integralmente en el aquí y el ahora.
Normalmente cuando nos experimentamos de alguna de estas maneras, hemos estado implicados con toda nuestra persona a vivir lo que tenemos que vivir, lo cual es maravilloso, porque si lo pensamos, esas mismas situaciones a futuro se vuelven recuerdos, y recordar es “volver a lo que ha pasado por el corazón” según la etimología de la palabra. Así que, si hemos recordado algo que “toca el corazón” probablemente estábamos viviendo el momento presente. ¿Te viene a la mente algún momento que casi pudieras volver a sentir?
Pero vivir el momento presente no solo cobra sentido y relevancia cuando hablamos de los momentos aparentemente “más especiales”, sino que también es lo que se da mientras se respira, se mira, se habla, se camina.. todo esto esto cobra peso cuando entendemos que es la misma “vida” lo que se está dando, es eso que tanto buscamos que suceda…
Pareciera que constantemente estamos esperando que un momento importante suceda más tarde, mañana, o en otro lugar. Cuando, eso realmente solo sucederá hasta que miremos el “ahora” que se está dando en el instante. Esto normalmente pasa con los enamorados, cuando apenas se están conociendo hay miradas, sonrisas, gestos que llegan al corazón, que son pequeños pero que se vuelven sumamente significativos porque todos los sentidos se encuentran abiertos. Incluso luego son estos mismos pequeños gestos los que a veces se quedan más impresos en la memoria por todo lo que humanamente se ve implicado.
Ahora pensando en el día a día, ¿te ha pasado que de repente hay alguien que se acerca a preguntarte cómo estás y verdaderamente se siente su pregunta?, ¿o vas de camino a casa y escuchas en la radio o en la calle algo que te llama la atención o con lo que te identificas?, ¿te ha pasado que en medio de tu jornada diaria percibes a alguien se ve triste o “diferente”? Estos son signos en medio de la cotidianidad que hacen visible el vivir el momento presente. También se dan mientras nos arreglamos por las mañanas, cuando nos detenemos a mirar el cielo, acariciamos a nuestras mascotas, nos despedimos de nuestros familiares… Esta es la vida, y sería una pena que se nos fuera de las manos por no estar atentos a estos pequeños detalles. Si vivieras más consciente en el día a día, más en el momento presente, ¿que podría ser diferente?
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