Un ambiente laboral retador, la inexperiencia e incluso ciertos tipos de conflictos internos en el equipo de trabajo, puede conllevar a la frustración laboral.
Continúa leyendo para saber qué es y cómo aprender a gestionarla en pocos pasos.
¿Qué es la frustración?
La frustración es un sentimiento muy común que se experimenta en el día a día, y más en el trabajo. Es recurrente esta sensación cuando te planificas para alcanzar un objetivo y no lo alcanzas.
Algunas situaciones que suelen dar lugar a la frustración laboral son:
- Empezar una tarea retadora con mucho entusiasmo, pero luego en el camino te encuentras con mayores obstáculos que no se tenían previsto.
- Tus compañeros no son tan implicados con el trabajo, no cumplen con los plazos o no toman en cuenta los compromisos laborales.
- Realizas tareas repetitivas que consideras que no son necesarias y te «hacen perder» el tiempo.
- Tu jefe o supervisor inmediato toma decisiones que no son adecuadas, ralentizando los procesos.
- No recibes el reconocimiento que te gustaría cuando cumples una tarea de manera satisfactoria en tu ambiente laboral.
- Realizas tareas más complejas para tu nivel de conocimiento y experiencia, sin apoyo.
¿Qué consecuencias trae en el ámbito personal?
Cuando el sentimiento de frustración te invade, se genera esa sensación instantánea de ira, desgana, desmotivación y en algunos casos, cometer actos impulsivos.
Durante estos estados, es más complicado pensar con claridad y objetividad, puesto que no se está en el centro y equilibrio emocional. Además, es recurrente que se crea que los esfuerzos realizados para terminar una tarea o alcanzar un objetivo son completamente en vano.
Y esto tiene un efecto devastador en cualquier equipo de trabajo, ya que el nivel de desánimo aumenta considerablemente y el nivel de implicación se disminuye drásticamente. Tomando en cuenta el punto anterior de la ira, una vez esto se apodera del raciocinio, puede llevar a cometer actos o decisiones en el instante, sin haberlas meditado antes y generar arrepentimiento después.
Sin embargo, ¿cómo puede gestionarse la frustración laboral de la mejor manera posible?
Técnicas para gestionar la frustración laboral.
Aceptar
Lo primero que se puede hacer para mejorar el malestar de esta situación es aceptarla, sobre todo si es algo ajeno al control. Por naturaleza, el ser humano tiende a evitar cualquier momento que lo haga sentir incómodo y vulnerable, pero en estos casos, es recomendable afrontarlo para generar una solución.
Trazarse metas alcanzables
Durante estas situaciones, es mejor evaluar de manera objetiva la capacidad y experiencia de responder ante una situación desfavorable. Por ejemplo, dentro de las metas de año nuevo, suele existir siempre el «este año sí bajo de peso» o «hago una maestría nueva».
Las metas son sueños si no se le colocan pequeños objetivos para alcanzar la cima.
Pide ayuda
De manera natural, la acumulación en fechas tope puede ser algo común; sin embargo, pedir ayuda es lo principal para sentirse apoyado y con una red de contactos dispuestos a alivianar esa carga de trabajo y que los objetivos laborales sean alcanzables, sin caer en la frustración.
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