El infantilismo mental es una condición psicopatológica basada en el retraso en el desarrollo emocional y personal. Se manifiesta por la inmadurez de la conducta, la incapacidad de tomar decisiones y hacer elecciones de forma independiente.
Quienes lo padecen tienen intereses predominantemente lúdicos, la motivación para el aprendizaje es débil, la aceptación de las normas de comportamiento y los requerimientos disciplinarios suelen ser difíciles. El diagnóstico incluye métodos clínicos y psicológicos, destinados a examinar las características de la esfera emocional-volitiva y personal, las relaciones sociales, el nivel de adaptación. El tratamiento es sintomático e incluye medicación, psicoterapia y asesoramiento.
Información general del infantilismo mental
El término infantilismo procede del latín y significa pueril. El infantilismo mental se entiende como una discrepancia entre el comportamiento, las reacciones emocionales, las funciones volitivas y las características relacionados con la edad. En la vida cotidiana, infantil se refiere a las personas caracterizadas por la ingenuidad, la dependencia, el insuficiente dominio de las habilidades generales de la vida.
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) tiene una unidad nosológica independiente, el trastorno infantil de la personalidad. Además, el infantilismo mental es un síntoma de neurosis, psicopatías y reacciones de estrés. La prevalencia entre los niños alcanza el 1.6% y la proporción entre niños y niñas es aproximadamente igual.
Causas del infantilismo mental
Entre las causas del infantilismo mental se encuentran los trastornos del sistema nervioso y endocrino, la predisposición hereditaria y la crianza defectuosa. Los factores de riesgo son:
- Daño cerebral leve. El infantilismo mental suele desarrollarse tras la exposición a factores adversos prenatales, natales y postnatales. Entre ellos se encuentran las infecciones, la intoxicación, los traumatismos, la hipoxia y la asfixia.
- Trastornos mentales. Los niños con retraso mental, autismo, esquizofrenia y retraso mental tienen un mayor riesgo de infantilismo mental. El síndrome se forma sobre la base de la inadaptación social.
- Agravamiento hereditario. Hay rasgos genéticos y constitucionales que se transmiten al niño desde los padres. La velocidad de maduración de las estructuras corticales, los procesos metabólicos y la inercia del sistema nervioso son factores que afectan a la formación del infantilismo.
- Estilo de crianza. La restricción de la libertad del niño y el aumento del control paterno contribuyen al desarrollo del infantilismo. La inmadurez mental es el resultado de una educación sobreprotectora u opresiva.
Patogénesis del infantilismo mental
Existen tres variantes de la patogénesis del infantilismo mental.
La primera se basa en el retraso en el desarrollo de los lóbulos frontales del cerebro, que son los responsables de la formación de los motivos, el comportamiento intencionado, la programación, la regulación y el control de la actividad mental. Las causas son factores objetivos: lesiones, intoxicaciones, infecciones
La segunda variante de la patogénesis es la inmadurez psicofísica general. El retraso en el desarrollo está determinado en la parte frontal y otras partes del cerebro. La inmadurez es total: el niño es pequeño, parece más joven que su edad, su comportamiento se corresponde con su apariencia.
La tercera opción es un retraso artificial de la socialización por un estilo de crianza desarmónico. El desarrollo de las funciones frontales está inhibido por la hiperprotección, el cuidado excesivo, el control total.
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