La auditoría de los estados financieros consiste en el análisis de los mismos y de las correspondientes notas explicativas, la verificación de la fiabilidad de los estados financieros y la expresión de una opinión sobre los mismos.
El resultado de una auditoría de los estados financieros es un informe que certifica que los estados financieros y las notas explicativas correspondientes se han presentado correctamente. El informe del auditor debe ponerse a disposición de los destinatarios interesados (accionistas, bancos, etc.).
El objetivo de los estados financieros es determinar la situación financiera y los resultados empresariales de la empresa. Los prestamistas suelen exigir una auditoría obligatoria de los estados financieros de cualquier entidad jurídica a la que proporcionen fondos. Los proveedores también pueden exigir los estados financieros auditados de una empresa para decidir si se constituye una asociación.
Las auditorías son cada vez más frecuentes, así como la complejidad de las normas contables básicas, los principios contables generalmente aceptados y los informes de las NIIF.
Fases clave de la auditoría
1. Planificación y evaluación de riesgos. Esto supone la comprensión de la actividad de la empresa y del entorno comercial en el que opera, así como el uso de esta información.
2. Comprobación de los controles internos. En este caso se trata de una evaluación de la eficacia de un paquete de gestión empresarial y del grado de eficacia de los controles. Un alto nivel de eficacia hace posible que los auditores anulen algunos de los siguientes procedimientos de auditoría.
Cuando los controles no sean satisfactorios (es decir, cuando exista un alto riesgo de incorrección material), los auditores deberán utilizar otros procedimientos para examinar los estados financieros. Existen varios formularios de evaluación de riesgos que pueden utilizarse para comprobar los controles internos.
3. Principales procedimientos de auditoría de los estados financieros. La etapa incluye una amplia gama de procedimientos, en concreto:
- Análisis. Se realiza una comparación de las cifras con los resultados anteriores, los previstos y los del sector, con el fin de identificar anomalías.
- Dinero en efectivo. Se realizan conciliaciones de cuentas bancarias, caja, confirmación de extractos bancarios, etc.
- Valores negociables. Se trata de la verificación de los valores, la revisión de las transacciones de los mismos y su valor en el mercado.
- Deudas de cuentas por cobrar y cuentas por pagar.
- Inventario de existencias
- Activos fijos. Se examinan los activos, los documentos de adquisición de activos fijos, los documentos de arrendamiento, el examen de los informes de valoración, el nuevo cálculo de la depreciación.
- Gastos acumulados. Se verifican los pagos, se comparan los saldos con los de años anteriores y se hace un nuevo cálculo de las acumulaciones.
- Ingresos. Se verifican los documentos de los estados financieros que respaldan las ventas, al igual que se revisan las transacciones, el historial de estas, así como los descuentos.
- Costos. Se examinan los documentos de los estados financieros para confirmar que se han contabilizado los costos.
Evaluación de los estados financieros
Los datos de los estados financieros se evalúan en función de los indicadores financieros. En términos de rentabilidad global, el beneficio neto es un indicador obvio para empezar a evaluar los estados financieros de una empresa.
El margen operativo es otra medida importante de rentabilidad y eficiencia. Este compara el importe de los beneficios de una empresa, incluidos los intereses y los impuestos, con el importe que genera en ventas. Además, este margen ayuda a los analistas y a los posibles inversores a comprender el rendimiento de las operaciones comerciales de una empresa. Un alto margen de explotación es un importante indicador de los beneficios de una empresa.
La contabilidad y los informes financieros de una empresa pueden utilizarse para evaluar el valor de las acciones de una empresa y la rentabilidad para los accionistas. Varios indicadores son útiles en este proceso. El beneficio por acción (BPA) es una medida del rendimiento de la inversión, que indica la rentabilidad de una empresa por acción. La relación precio-beneficio (P/E) utiliza el BPA de una acción comparado con el precio actual de la misma a efectos de valoración.
Los estados financieros de una empresa son la base para evaluar a la misma desde la perspectiva de las partes interesadas externas e internas, las organizaciones, el Estado, etc.
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