La mayoría de los empresarios quieren tomar decisiones acertadas, pero a veces no saben por dónde empezar. Aquí es donde entra en juego la gestión estratégica.
Definición de la gestión estratégica
La gestión estratégica es un concepto a menudo utilizado y a veces mal entendido en las empresas. Es útil ver primero las dos palabras por separado. Las estrategias son iniciativas que una empresa toma para maximizar sus recursos y hacer crecer su negocio. Esto puede incluir la planificación financiera, la gestión de los recursos humanos o un enfoque en la misión. La gestión es el proceso de dirigir la empresa en el día a día y planificar el éxito futuro.
Cuando se combinan las dos palabras, la gestión estratégica busca estimular el crecimiento de la empresa mediante prácticas de gestión eficaces y orientadas a los objetivos.
Gobierno corporativo
Una organización eficaz suele ser aquella que ha puesto en marcha programas y servicios dentro de su estructura que garantizan una comunicación abierta, una buena gestión y un manejo eficaz. Sin estos atributos del gobierno corporativo, es difícil gestionar estratégicamente porque no hay un marco básico para la fijación de objetivos y la toma de decisiones.
El establecimiento de un mecanismo de control e información también es importante para la gestión estratégica como parte del gobierno corporativo más amplio. Esto permite a la organización realizar cambios cuando son necesarios para controlar continuamente su propio progreso.
Competencias clave
La gestión estratégica puede ayudar a tu empresa a identificar y aprovechar tus competencias básicas, es decir, las cosas que mejor sabes hacer en tu negocio. Como señala Edward Russell-Walling en su libro 50 Management Ideas You Really Need to Know (50 ideas de gestión que realmente debe conocer), la competencia básica tiene tres factores clave: los competidores no la duplican fácilmente, tu empresa puede utilizarla en varios productos o servicios diferentes y beneficia a tus clientes.
Para algunas empresas, la competencia principal es la marca: la gente compra los productos simplemente porque llevan el nombre de la organización, que se asocia con la calidad y el prestigio. Para otros, la competencia principal puede ser los costes de producción. Sean cuales sean tus competencias básicas, Russell-Walling se apresura a señalar que la mayoría de las empresas sólo tienen unas pocas. Si crees que tu empresa tiene puntos fuertes en muchas áreas, es importante entender la razón de esos éxitos.
Fijar objetivos
La gestión estratégica es vital, incluso a pequeña escala dentro de una empresa. Sin embargo, la gestión estratégica es difícil de llevar a cabo sin un conjunto de objetivos bien definidos para el rendimiento de la empresa.
Conocer tus competencias básicas es bueno para entender tus puntos fuertes en el mercado, pero también te ayudará a identificar las áreas de mejora y a establecer metas y objetivos basados en esos puntos débiles. Si sabes, por ejemplo, que tu empresa se está quedando atrás en el uso de las oportunidades online para vender tus productos, entonces uno de tus objetivos podría ser introducir una plataforma de comercio online en los próximos seis meses.
Es importante tener en cuenta que los objetivos que tu empresa se fije deben ser medibles, específicos y con un marco temporal. Establecer objetivos de esta manera te ayuda a posicionar estratégicamente tu negocio para el éxito futuro.
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